THE BRIGHT SIDE
Ya sé, las cosas no mejorarían
en su conjunto. Pero esos vejámenes
privados y frecuentes, el empaste
de una muela, la ausencia de K. —larga—,
los ciegos infatuados que nos guían,
la corrección de ciento ochenta exámenes,
la bruja Hipocondría, que da al traste
con mi nirvana, el gremlin que se carga
la impresora, el pimiento de Padrón
que sí que pica, la desfachatez
de las ruedas de prensa de Rajoy
y el pánico cerval a ir en avión
desaparecerían de una vez
si explotase el avión en el que voy.