Una carroza del carnaval de Colonia, después de los atentados racistas que Alemania ha sufrido estas última semanas: una cabeza iracunda de cuya boca sale una pistola, y la inscripción «Aus Worten werden Taten!»: «las palabras se convierten en hechos» ¿Las palabras se convierten en hechos? Unas veces más y otras menos. Los hechos tienen una irritante independencia de las palabras. Normalmente cuando los políticos dan su palabra de hacer algo, los hechos se hacen los suecos. Otras veces hay hechos que llegan sin anunciarse, y los intelectuales se pasan décadas tratando de encajarlos en palabras.
Al rapero César Strawberry unas veces lo condenan y otras lo absuelven de enaltecimiento del terrorismo: su boca no contiene una pistola, sino el gato de Schrödinger.