Anoche fuimos a escuchar a Norman Hogue en Populart. Hilarante, como siempre. Entre otras cosas repentiza una traducción castellana de It's lonely at the top: «...está muy solitario allá en la cumbre», ¡y lo más divertido es que parece que lo dijera por experiencia! Al terminar la primera parte, Norman anuncia llegado «el gran momento»...
—¡El gramo-mento! —dice un gracioso que les hace la rosca a los músicos y lleva también algún gramo de más. Por desgracia no le falta razón: uno sabe de buena tinta que a la mayoría de músicos de jazz les interesa menos la música que la merca, al menos durante los primeros treinta años de carrera. Pero dejemos hablar a Norman:
—Ahora llega el gran momento de la pausa, en la que pueden renovar el contenido de sus vasos. Recuerden que cuanto más beban ustedes, mejor sonamos nosotros. Cuando hayan bebido lo suficiente pueden pedir en la barra el compact disc de nuestro magnífico grupo, a cambio de un billetito de 20 €. Qué diablos, por 20 € voy yo a tocar a su casa.
La pausa termina sin que muchos hayan conseguido llegar a los lavabos para su gran o pequeño momento, y Norman presenta el primer tema del segundo pase:
—Esta canción la interpretó por primera vez la rana Gustavo, y trata sobre lo bonito que es ser de color verde, porque a Gustavo lo discriminaban por el color de su piel. Luego la interpretó Ray Charles, que también era verde. Y ahora nosotros. ¡Vamos p'allá!